las facturas furtivas y la gente despeinada

Ivanildo, el pobre, pagó recibos de cierta gente amable allá en la meseta de la omisión flagrante. ¡Ah! el pueblo con sus enormes facturas por pagar ... El tema energético pendiente, el saneamiento básico desde hace 2 décadas ha estado de hambre, mientras los homis de los poderes parlamentarios siguen recibiendo sus voluminosas ganancias, y el pueblo de las calles soberanas, hoy en hogar, acorralado por el virus invisible, ¿ninguno? Y pensando, y pensando mucho durante los últimos 20 años, ¿cuántas facturas ha pagado con dinero público? ¿Y adónde fue el dinero de los señores de DPVAT, en los bolsillos de la gente, no es así? ¿Podrías hacer CPIS hasta que caiga la última hoja seca al final de los tiempos? Creo que sería posible dar un giro completo a la luna, si reuniéramos todas las dolencias pagadas con el dinero de la gente, ¡eh eh eh! El refrán popular no deja de ser tacaño al decir: '¡El gato pelirrojo que lleva cuidados!', La horca por la nueva patria desconocida y canta en voz alta el lloroso poema: '¡Desciende del inmenso espacio, oh águila del océano! ¡Desciende más! ... y aún más ... no puede parecer humano ¡Como te zambulliste en el bergantín volador! allí ... ¡Qué cuadro de amargura! ¡Es una canción fúnebre! ... ¡Qué figuras tan sombrías! ... ¡Qué infame y vil! ¡Dios mío! ¡Dios mío! ¡Qué horror! '' El barco Negreiro tenía prisa por llenar su bodega de gente humana, gente cooptada por la codicia de sus compañeros de tribu, había sido corrompido por el vil mercader y Hizo una fortuna en este vil negocio. Así se escribió la página del horror en tierras brasileñas, una deuda a pagar para toda una nación. Los líderes a lo largo de la historia no han completado los juicios con acciones meritorias sino que han creado este rincón de la deshaciéndose con intrigas, revoluciones y malos deseos. La herencia maldita de la esclavitud se cierne sobre esta nación como fantasmas de aterrorizar a muchas personas. Carecen de sabiduría y un toque de generosidad, cortesía y heroísmo. Mis hermanos y hermanas, gente sencilla del pueblo, se quedan con la intuición y la firme esperanza de que este país triunfe cuando el pueblo y el poder estén leyendo el mismo folleto de su autodeterminación.